Dostoevsky - El alma humana y la universalidad de su obra

El Siglo XIX - Surgimiento del Realismo

La mayor plaga de los tiempos modernos es el nihilismo. Ya lo preveían así muchos pensadores del siglo XIX, siglo que, en materia literaria y filosófica, se caracterizó por la prevalencia de las temáticas de la condición humana, el alma de los hombres y, en última instancia, el futuro material y espiritual de la humanidad. El surgimiento de esta temática en los motivos literarios, artísticos y filosóficos dio lugar al nacimiento de una corriente que venía a contrastarse con el romanticismo y el idealismo prevalente en épocas pasadas: el realismo.

El realismo abría la puerta al retrato de la realidad humana, individual y social, y a la expresión de su interior de forma detallada, así como la relación que estos mantenían con su entorno. Fue este génesis artístico e intelectual el que dio vida, a principios del siglo XIX y como respuesta a las condiciones morales, materiales y espirituales de la época, al existencialismo y al nihilismo. El existencialismo encontraría un antecedente importantísimo, sino es que directamente a su fundador, en el filósofo danés Søren Kierkegaard y su rica obra literaria y filosófica. Si bien Kierkegaard sería la figura que daría pauta al existencialismo, esta corriente fue madurando con los años hasta que, a mitades del siglo XIX, por fin encontraría una cumbre en el filósofo alemán Friedrich Nietzsche y en un literato ruso del mismo tiempo, Fyodor Dostoevsky.

Vasili Perov - Portrait of Fyodor Dostoevsky

El Existencialismo – Dostoevsky y Nietzsche

Con estos dos pensadores el existencialismo encontró su expresión más fuerte, más madura, más concreta; y en su obra se expresan perfectamente los matices del existencialismo (Nietzsche y Dostoevsky) a la par que la expresión más lograda del realismo y el realismo social (Dostoevsky). A pesar de que ambos personajes estaban separados geográfica y culturalmente, la influencia del pensamiento del uno sobre el otro es indiscutible, sobre todo si nos referimos a la influencia directa que Dostoevsky tuvo sobre el filósofo alemán.

Nietzsche in Basel, 1875

“Dostoevsky es el único psicólogo de quien puedo aprender algo”, llegó a sentenciar Nietzsche, y esta alabanza ofrecida al autor ruso no tenía ni un ápice de mentira ni de exageración. Preocupados por la condición humana de sus tiempos, ambos pensadores imprimieron en su obra una poderosa reflexión acerca del alma humana, de su psique, de su relación con el mundo y consigo misma: Nietzsche, por su parte, escribió un amplio repertorio de tratados filosóficos, ensayos y disertaciones, así como su obra magna, el poema filosófico Así Habló Zaratustra; Dostoevsky, por su lado, fue el autor de lo que aún se considera la cumbre de la literatura rusa y universal, coronada por su cuatro trabajos más prestigiados: El Idiota, Los Demonios, Crimen y Castigo y Los Hermanos Karamázov.

En ambos pensadores se expresan frecuentemente una aversión y una hostilidad hacia el nihilismo, ideología que estaba ganando popularidad entre la inteligentsia de sus tiempos y que Dostoevsky, sobre todo, veía como una monumental amenaza contra el espíritu humano. Nietzsche siempre sentenció al nihilismo como algo aborrecible, como un atentado contra la fortaleza humana, y procuró siempre atacarla de forma inmediata y sin compasión; sin embargo, Dostoevsky, en su obra, se dio la oportunidad de jugar con el pensamiento nihilista, de expresarlo, enriquecerlo, llevarlo hasta el extremo y, en última instancia, demolerlo aún después de haberlo llevado hasta la cumbre de sus capacidades.

Dostoevsky: Su obra y su pensamiento

Dostoevsky no ofrecía un rechazo inmediato a la idea nihilista, sino que, dándole una expresión en sus novelas, le permitía crecer, madurar, imprimiéndola en varios de sus personajes y sus tramas; después, cuando la idea nihilista hubiera llegado a la cima de su fortaleza, Dostoevsky la atacaba, desmenuzaba y, finalmente, la vencía mediante la formulación de sus propias antítesis, demostrando así la fragilidad del pensamiento nihilista, su error, su total incompatibilidad con la vida humana.

Así pues, Dostoevsky realizó con su obra una tarea importantísima para el arte y la escena intelectual de su época, pues con sus trabajos ofrecía un detalladísimo vistazo a la mente de los hombres, a sus condiciones individuales y sociales en lo material, lo moral y lo espiritual. No sería, a mi parecer, una exageración decir que no hubo ninguna expresión simultanea del realismo y existencialismo que pudiese compararse con la que Dostoevsky ofreció a lo largo de sus novelas. En ellas se expresa vivamente la psicología humana universal, la condición de los hombres en tanto que son hombres, y el conflicto que el alma humana estaba experimentando en relación con su entorno directo; todo formulado de una manera tan inefable, tan universal y común que, sin ningún par, es correcto declarar que Dostoevsky fue el más grande conocedor del espíritu humano.

A continuación, les presentaré las obras del autor ruso que, de primera mano, he leído, así como una breve formulación de la importancia que tiene cada obra en su repertorio de manera general.

Apuntes del Subsuelo – 1864

Es común dividir la obra de Dostoevsky en dos “estilos”, uno que se caracterizaba por una visión más liberal y romántica de los fenómenos humanos; y un segundo estilo caracterizado por el recrudecimiento de su ideología, y el paso a una reflexión más madura, realista y espiritual. Ambas fases de su obra están separadas por un periodo de 4 años (1849-1853) durante los que el autor estuvo preso en Siberia, condenado a causa de su participación en un círculo revolucionario. Cabe decir que es la segunda fase, la reflexión realista y el estilo más crudo, el que produjo sus trabajos más famosos; y, de esta fase, Apuntes del Subsuelo sería la primera obra realmente reconocida del autor.

En los Apuntes, Dostoevsky nos ofrece un vistazo a la psique del Hombre del Subsuelo, un personaje que representa al hombre intelectual universal de su época, en quien se encarnan las ideologías del nihilismo, el rencor, el sufrimiento. Así mismo, mediante este personaje, Dostoevsky no sólo lanzaba un ataque a las ideologías nihilistas que estaban germinando entre los jóvenes intelectuales, sino que, mediante los discursos que ofrece en los Apuntes, también lanzaba una réplica burlona a las ideologías del progreso social -mismas en las que tiempo atrás el propio Dostoevsky estaba involucrado-.

Ilya Repin - Portrait of M.P.Musorgsky

Apuntes del Subsuelo se divide en dos partes: la primera, titulada El Subsuelo, es un soliloquio escrito en forma de confesión, y que a la vez sirve a Dostoevsky como una especie de ensayo -casi con forma de Tratado Filosófico- en la que cimenta la ideología del hombre del subsuelo como una que se revuelve alrededor del rencor y de la elección de la infelicidad como manera de expresar individualidad -a grandes rasgos-; enseguida, la segunda parte titulada A propósito del aguanieve, nos brinda una ilustración empírica de la primera parte, sirviéndose de un relato narrado por el hombre del subsuelo, donde se expresan e interpretan las ideas que en la primera parte fueron presentadas.

De manera general, Apuntes del Subsuelo trata acerca de la incompatibilidad de dos ideologías -el racionalismo utilitario y el nihilismo- con la concepción de una vida significativa y activa. Primero, el racionalismo y el utilitarismo son incompatibles con el sentido de individualidad, de voluntad propia, ¿por qué? Porque si estas ideas racionalistas fueran verdad, significaría que el proceso de la felicidad, de la vida humana, se rigen por una serie de reglas matemáticas que no dejan cabida a la elección propia. Dostoevsky ataca estas ideas mediante la conducta errática del hombre del subsuelo, estableciendo desde las primeras páginas la posición del personaje: la gente, con el fin de expresar su individualidad, de afirmar su libre albedrío, está dispuesta a elegir el sufrimiento, a tomar las decisiones más dañinas e irracionales.

Dostoevsky, siendo un maestro, no desperdicia esta oportunidad para, además, atacar al nihilismo, pues demuestra que también la completa asimilación de esta ideología pesimista, nihilista e irracional es incompatible con la vida de los hombres. El hombre del subsuelo, como individuo que quiere afirmarse así mismo por sobre todas las cosas, es incapaz de transformase en nada más que sí mismo, es decir: no le es posible elegir un camino, comprometerse con él y llevarlo hasta las últimas consecuencias. Lleno de duda, inseguridad y rencor, el hombre del subsuelo se retira a su conciencia, donde vive en un estado de letargo que le deja incapaz de experimentar una existencia verdadera.

Sin duda, Apuntes del Subsuelo es merecedora de un lugar entre la cumbre de la obra de Dostoevsky, y su lectura ofrece una poderosa reflexión en torno a ideas que aun hoy imperan en el pensamiento filosófico y social.

Crimen y Castigo – 1866

Crimen y Castigo siempre encuentra un espacio para ser considerada como la cumbre absoluta de la obra Dostoevskiana, y no es por nada. Es considerada, por muchos, como la obra en la que se logra mejor que en ninguna otra la expresión de la psicología humana en tanto su relación social y su expresión individual. En ella, Raskolnikov, el personaje principal, se ve a sí mismo como una encarnación de “hombre superior”, considerándose ajeno a la moral ortodoxa y capaz, por ello, de transgredir las reglas sociales a fin de obtener un “bien común”. Raskolnikov, de posición poco favorecida en la escala social, decide asesinar a una usurera para, primero, quedarse con el dinero de esta -que considera indigna de semejante bienestar debido a la ponzoña de la mujer- y, segundo, porque piensa que la muerte de una persona tan horrenda sería un bien común.

Nikolai Bogdanov - Nikolay Felixovich Yusupov

Así, Raskolnikov mancha sus manos de sangre creyendo que, como hombre ajeno a las normas morales de la gente común, podrá escapar sin ninguna repercusión. Ciertamente, Raskolnikov elude a las autoridades; sin embargo, inesperadamente, se encuentra atrapado en una espiral de delirio, culpa, enfermedad y sufrimiento que se desarrolla a lo largo de toda la novela. Es decir, el Castigo de Raskolnikov es impartido por sí mismo, a través de la expresión física de la culpa y el dolor manifestados en delirios, fiebre, alucinaciones y malestar, que ocasionan una transfiguración total de su alma. Atacado por estas penas, el protagonista pasa toda la novela reflexionando acerca de la naturaleza del crimen, la moral, el castigo, la culpa, el arrepentimiento y, en última instancia y de manera más poderosa, la salvación.

La salvación espiritual del hombre se convirtió en una de las preocupaciones primordiales de Dostoevsky al entrar en la época madura de su pensamiento, y en Crimen y Castigo es en donde se expresan más fuertemente sus consideraciones al respecto, formulando en su personaje las propias penas del hombre -la culpa, el arrepentimiento, el sufrimiento moral- y ofreciendo, de manera apenas bosquejada, su visión de la salvación en las últimas partes de la obra. Indiscutiblemente, Crimen y Castigo ofrece un vistazo incomparable a la psicología humana desde la perspectiva de un pensador muy espiritual, a la par que realista y conocedor de la condición humana. Crimen y Castigo es, pues, un parangón de la novela rusa y la literatura universal en cuanto a su poderosa reflexión e introspección.

Los Demonios – 1871

La cercanía que Dostoevsky tuvo con los círculos intelectuales revolucionarios y liberales en su juventud dejaron una marca imborrable en el alma y el pensamiento del autor. Cuando estuvo involucrado con estas ideologías, Dostoevsky convivió muy de cerca con la germinación de las ideas nihilistas y progresistas radicales en la juventud rusa. Cabe recordar que fue esta cercanía la que le valdría, en 1849, su encarcelamiento en Siberia; sin embargo, aun después de su rompimiento con estas ideas, la influencia que estas ejercerían sobre su pensamiento y su obra serían visibles a lo largo de su obra -encontrando expresión en Apuntes del Subsuelo y Crimen y Castigo-. A pesar de la constante presencia que ejercía esta ideología en el pensamiento de Dostoevsky, es justo decir que en ninguna obra es más notoria su expresión que en Los Demonios.

Nikolai Bogdanov-Belsky - Sunday reading in a village school, 1895

Los Demonios es, a la par, una novela política, satírica y de psicosis social; y en ella el autor formula su más fiero y directo ataque a las corrientes progresistas radicales, así como a la juventud intelectual nihilista que comenzaba a ganar poder en la Rusia de segunda mitad del siglo XIX. En la novela, se nos presenta una trama de intriga política, en donde se ven involucrados personajes que representan a la inteligentsia rusa, y que expresan las ideas de progreso social de una manera radical y despótica, lo que los lleva a inducir en una población un episodio psicótico e histérico, donde se ven tergiversadas las normas morales y espirituales de los habitantes de la pequeña ciudad. Al mismo tiempo, Dostoevsky hace burla de estos mismos personajes “intelectuales”, expresando en ellos una visible arrogancia, así como un despotismo y una entrega irracional e inmoral para con sus ideas.

Sergey Nechayev

A través del desarrollo del complot político y la sátira, Dostoevsky nos ofrece una perspectiva cruda, aunque cómica, de las consecuencias que tendría para la estabilidad social el desarrollo de las ideas radicales y su reproducción en las mentes de la nueva generación. Llamada “Novela Profética” por muchos críticos, Los Demonios formuló en su tiempo una especie de bosquejo de lo que sucedería más tarde, en 1917, durante la revolución rusa, así como las repercusiones que se perpetuarían a lo largo de los años de régimen Soviético y que tendrían, además, un reflejo en el fascismo del régimen Nazi en Alemania.

Los Demonios es una de las obras más poderosas de Dostoevsky, complementada de manera perfecta por la comicidad, a la vez que es imposible perder de vista el punto central de la obra: el peligro de las ideas radicales y sus consecuencias en la moral humana.

Los Hermanos Karamázov – 1880

Los Hermanos Karamázov es la última novela de Dostoevsky, publicada un año antes de su muerte en 1881; no es de sorprender, por esto, que sea en esta novela en la que mejor se expresan, y de manera más madura, la ideología y el alma del escritor: Los Hermanos Karamázov puede verse como una síntesis de todo lo previo, una amalgama de todas las ideas, creencias y preocupaciones que Dostoevsky expresó a lo largo de su obra. Esta última pieza es digna de considerarse la obra maestra de todo el repertorio Dostoevskiano, y la maestría con la que logró expresar de manera sutil, a la vez que imponente, toda su ideología es merecedora de considerarse magnífica.

Los Hermanos Karamázov nos lleva al seno de una familia de 3 hermanos -Dmitri, Iván y Alexéi Karamázov- y su padre -Fyodor Pavlovich Karamázov-, quienes representan, a lo largo de la novela, un arquetipo universal de humanidad, es decir, en ellos se encarnan los aspectos más inefables del alma humana: el amor fraternal, la pasión, la fuerza, la compasión, el orgullo, la razón y la fe; pero también la envidia, la malicia, el oprobio, la irracionalidad y el nihilismo. Esta familia, representantes de la humanidad y el corazón de los hombres, es el escenario en el que Dostoevsky desarrolla la lucha que se fragua en el alma de todas las personas, pues en su interior se remueven aspectos tan contradictorios como lo son el amor y el odio, la moral y el nihilismo, la fe en dios y la negación de su obra; y, además, es mediante esta intensa lucha que Dostoevsky formula, con una fuerza y una maestría sin igual entre toda su obra, sus reflexiones alrededor de la salvación espiritual del hombre, el valor de la vida y la importancia de la moral y la fe.

Hugo Simberg - The Wounded Angel

Los Hermanos Karamázov es una novela larga, densa e imponente, sin embargo, es indiscutible su inmensa fuerza e importancia entre el repertorio del autor ruso, pues sería correcto aventurar que es en esta novela en la que Dostoevsky pudo expresar, con mayor precisión que en ninguna otra, los aspectos más inefables del alma humana, la condición universal del hombre, su imagen más primigenia e íntima. Sin duda alguna, es una lectura complicada, pero me atrevo a decir que es esta la novela más universal, la obra con más presencia y con la mayor fuerza espiritual que he leído. Definitivamente, Los Hermanos Karamázov es un parangón que se alza metros por encima de cualquier otra novela del autor e, incluso, de cualquier otra novela, punto.

La Inmortalidad de Dostoevsky

La obra de Dostoevsky ha sido aclamada sin cesar desde su aparición a mitades del siglo XIX, a lo largo del siglo y medio que se ha sucedido es difícil encontrar a otro pensador que haya tenido tanta resonancia, tanta presencia, aún después de su apogeo, como la ha tenido Dostoevsky. Sus novelas expresan, en su totalidad, los aspectos más universales del alma y la mente humana, así como la relación, frecuentemente conflictiva, entre el interior de las personas y sus condiciones sociales, materiales y morales en el exterior. Mediante su obra, Dostoevsky nos regaló una expresión poderosa e inefable de aquellos rincones más íntimos de nuestro interior, una exploración sin igual de los abismos del alma de las personas, de sus profundidades más primigenias.

Este asombroso escritor, lleno de tanto talento como de genio, se alza, aún hoy, como un incomparable monumento al espíritu humano, y con su luz y su genialidad nos ofrece una expresión bella, poderosa e inolvidable de nuestra esencia más universal.

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